La agroecología está ganando terreno como una alternativa para transformar los sistemas alimentarios, pero medir su desempeño sigue siendo un desafío. Por ello, el tercer diálogo de la Plataforma de Asociación Transformadora sobre Agroecología (TPP-Agroecología), realizado en diciembre de 2024, se centró en las métricas de desempeño, explorando nuevas herramientas para evaluar resultados ambientales, económicos y sociales, y para comparar de manera justa la agroecología con otros enfoques agrícolas.
La sesión y el evento, titulados Medir lo que importa para fomentar transiciones agroecológicas, examinaron los avances del proyecto de Métricas de la Plataforma, que busca responder a la falta de datos y herramientas capaces de medir el desempeño de la agroecología de manera holística y comparable.
Repensar lo que cuenta
En sus palabras de apertura, Marion Michaud, analista de políticas de la Comisión Europea, señaló que, a pesar de los avances significativos de la última década, la agroecología sigue siendo un instrumento debatido para transformar los sistemas alimentarios. “Esto exige un análisis más sistemático del desempeño de la agroecología, para generar más evidencia mediante la identificación y el cierre de vacíos de información”, dijo.
Michaud recalcó que, para hacer justicia a la agroecología, la evaluación debe reflejar los múltiples valores económicos, ambientales y sociales que generan los sistemas agroalimentarios resilientes, creando una base más equitativa de comparación con otros modelos.
“Evaluar el desempeño de la agroecología con los mismos criterios que la agricultura convencional —como el rendimiento por hectárea o el ingreso agrícola— no solo sería inexacto, sino también discriminatorio”, afirmó Michaud. Las métricas deben considerar tanto las externalidades positivas como las negativas vinculadas a los distintos sistemas agrícolas.
Evidencia desde el campo
En respuesta a esta necesidad, Matthias Geck, científico de sistemas agroecológicos en el Centro para la Investigación Forestal Internacional y Centro Internacional de Investigación Agroforestal (CIFOR-ICRAF) y coordinador de la TPP-Agroecología, presentó hallazgos de un estudio con múltiples socios. La investigación aplicó el Instrumento para la Evaluación del Desempeño Agroecológico de la FAO (TAPE, por sus siglas en inglés) al programa de la agencia alemana GIZ Protección y Rehabilitación del Suelo para la Seguridad Alimentaria (ProSoil) en Benín, Etiopía, Kenia y Madagascar.
Al comparar a los hogares campesinos participantes en ProSoil con aquellos que no lo estaban, el estudio mostró que el programa impulsaba transiciones agroecológicas significativas. Los agricultores involucrados en ProSoil obtenían mejores resultados tanto ambientales como económicos.
“Esto es muy importante, porque a menudo existe una narrativa contraria a la agroecología que sugiere que la productividad y los rendimientos son menores bajo el manejo agroecológico”, señaló Geck. “Encontramos una estrecha correlación entre los agricultores que adoptan prácticas agroecológicas y las mejoras en seguridad alimentaria y diversidad dietética”.
Por su parte, Sarah K. Jones, investigadora de la Alianza de Bioversity International y CIAT, compartió resultados de la aplicación de otra herramienta: la Evaluación Holística y Localizada del Desempeño (HOLPA, por sus siglas en inglés), desarrollada en el marco de la Iniciativa de Agroecología liderada por CGIAR.
HOLPA es una herramienta basada en encuestas, administrada mediante una aplicación móvil, que recopila datos sobre el contexto, la adhesión a principios agroecológicos y los resultados obtenidos. Combina indicadores globales con otros relevantes a nivel local, garantizando comparabilidad y precisión contextual. Hasta ahora se ha aplicado en Perú, Senegal, Burkina Faso, Túnez, Kenia, Zimbabue, India y Laos.
Los investigadores hallaron que la agroecología estaba bien implementada en diversos paisajes, generando beneficios amplios en biodiversidad, uso de energía, resiliencia climática, bienestar humano, nutrición, ingresos y salud de los cultivos. Sin embargo, mostró un impacto positivo limitado en conservación del agua, reducción del estrés hídrico, mitigación climática y productividad laboral. “Esto podría significar que necesitamos otros motores de cambio para mejorar esos aspectos”, explicó Jones.
Superando barreras
Mary Crossland, científica asociada de CIFOR-ICRAF, presentó resultados de un estudio exploratorio apoyado por el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC) de Canadá en Burkina Faso, Ghana y Túnez. La investigación buscó identificar barreras y oportunidades para evaluar el desempeño agroecológico, así como resaltar áreas de investigación e inversión futuras.
El estudio encontró una amplia variación en la manera en que se entiende la agroecología, lo que dificulta el desarrollo de métricas armonizadas y estandarizadas. Aun así, herramientas como HOLPA, que combinan indicadores globales y locales, ofrecen caminos prometedores.
“Necesitamos fomentar la colaboración entre sectores y crear plataformas para compartir experiencias, especialmente con diferentes herramientas y buenas prácticas para medir el desempeño”, indicó Crossland. “También debemos desarrollar métodos para aquellos aspectos difíciles de medir, como los valores sociales, la conectividad y la sinergia”.
Bloques de construcción para la evaluación
Entonces, ¿por dónde deberían comenzar las iniciativas agroecológicas al seleccionar métricas? Dave Mills, ingeniero principal de datos en Statistics for Sustainable Development (SSD), presentó dos productos del proyecto de Métricas de la TPP-Agroecología: el Metamarco y la Biblioteca de Métricas.
El Metamarco establece ocho principios y una serie de pasos comunes a las evaluaciones holísticas. “Uno de los mensajes clave de este Metamarco es que cada paso requiere una reflexión cuidadosa”, explicó Mills. “Ofrece un mapa claro para quienes saben que necesitan diseñar una evaluación holística pero no están seguros de por dónde empezar o qué sigue después”.
La Biblioteca de Métricas es una colección en línea de indicadores de desempeño recopilados de más de 8000 artículos académicos y 200 herramientas publicadas. “El objetivo es reunir el conocimiento colectivo sobre métricas de desempeño ya en uso y ponerlo a disposición en un formato útil”, indicó Mills.
Como él explicó: “Hay muchas ‘ruedas’ ya. No necesitamos inventar las evaluaciones de desempeño desde cero. Pero también hay muchos caminos distintos, y necesitamos ruedas diferentes para cada camino. Por eso es esencial contar con herramientas adaptadas a contextos específicos”.









