Jugar podría parecer una actividad extraña, incluso trivial, para un diálogo internacional de alto nivel. Sin embargo, el 17 de julio de 2025, expertos de todo el sector agrícola se reunieron virtualmente para hacer precisamente eso. Al “ludificar la agroecología”, descubrieron nuevas perspectivas y caminos para impulsar una transición agroecológica participativa.
La innovadora sesión, organizada por la Cooperación Alemana para el Desarrollo (GIZ) y la Plataforma de Asociación Transformadora sobre Agroecología (TPP-Agroecología), reunió a más de 180 participantes para experimentar cómo podrían desarrollarse las negociaciones de políticas en un contexto nacional ficticio, pero plausible.
¿Su misión? Ayudar a dar forma al futuro de la agroecología en el país ficticio de Zamonia. “Es un experimento colaborativo”, señaló Jasmin Hundorf, jefa del proyecto sectorial Áreas Rurales Resilientes en GIZ, que desarrolló las herramientas y módulos de formación basados en juegos para generar conocimiento y generalizar el pensamiento agroecológico.
¿Por qué promover una transición así?
“La agroecología está ganando un enorme reconocimiento como el enfoque holístico para abordar desafíos globales urgentes como el cambio climático, la inseguridad alimentaria, la pérdida de biodiversidad y las desigualdades sociales”, afirmó Monica Yator, fundadora de Indigenous Women and Girls Initiative (IWGI), que promueve prácticas agroecológicas en el condado de Baringo, Kenia. Yator también elaboró y presentó durante la sesión un manual de capacitación en agroecología.

Isabel Renner, consultora de GIZ que codiseñó el juego junto con la TPP-Agroecología, explicó cómo este forma parte de un conjunto más amplio de materiales de capacitación que GIZ ha aplicado con éxito en talleres de desarrollo de capacidades en países socios como India y Túnez. “Se basan en métodos de aprendizaje para adultos y ofrecen un enfoque interactivo y lúdico”, explicó Renner a los asistentes. “Combinan contenido conceptual con herramientas accesibles y ejercicios muy prácticos”.
Para debatir las acciones prioritarias de las políticas agrícolas, los participantes se dividieron en cinco grupos de interés dentro del país ficticio de Zamonia: la Oficina del Gobernador de Exportul, la Alianza de Pequeños Agricultores de Zamonia (ZSFA), el Comité de Defensa de la Salud de Mujeres y Jóvenes (WYHAC), el Instituto Zamoniano de Agricultura Resiliente al Clima (ZICRA) y una gran empresa de insumos agropecuarios llamada Fertilizantes y Semillas para la Humanidad (F&S4H).
“El objetivo principal de la simulación de hoy es revisar un conjunto de acciones prioritarias elaboradas por el Grupo de Trabajo Nacional para la Transición Agroecológica de Zamonia”, explicó Fabio Ricci, responsable de comunicaciones de la TPP-Agroecología. “Aquellas que mejor reflejen las necesidades colectivas y obtengan el apoyo mayoritario de las partes interesadas se incorporarán a la versión final de la Estrategia Nacional de Agroecología de Zamonia”.
Tras repasar las reglas, los grupos se trasladaron a salas de trabajo virtuales para diseñar estrategias y negociar cómo garantizar que sus valores y objetivos quedaran plasmados en la Estrategia Nacional de Agroecología. A medida que avanzaba el juego, surgieron tensiones creativas.
Por ejemplo, el Comité de Defensa de la Salud de Mujeres y Jóvenes apoyó la eliminación gradual de fertilizantes no orgánicos y el aumento de los impuestos a su importación y exportación, pero también subrayó la necesidad de incluir servicios de extensión con enfoque de género.
“Entendemos que los sistemas alimentarios deben nutrir—no solo alimentar—a nuestras comunidades, tanto física como culturalmente”, intervino una representante. “Abogamos por insumos ecológicos que mejoren de forma tangible la nutrición, reduzcan la exposición a productos nocivos y devuelvan la dignidad a la forma en que se cultiva, comparte y consume la comida. Esto debe incluir políticas que prioricen servicios con perspectiva de género que promuevan el bienestar de todas las personas, especialmente mujeres y grupos marginados”.
No obstante, los actores centrados en la exportación expresaron preocupación por los nuevos requisitos de certificación, que podrían interrumpir y poner en riesgo cadenas de valor consolidadas. “Incluso si algunas de nuestras exportaciones dependen de fertilizantes industriales o carecen de certificación, deben protegerse durante la transición para evitar poner en peligro la inversión y el comercio internacionales”, argumentó un representante del grupo de Exportul. “Si hay un colapso, el capital se irá a otro lugar”.
El grupo del sector privado, F&S4H, también pidió cautela. “En lugar de eliminar los insumos industriales, es importante impulsar activamente la inversión en investigación, innovación y alianzas público-privadas, centradas en la gestión de la fertilidad del suelo y el desarrollo de programas piloto agroecológicos”, dijeron. “Además, no podemos cambiar nuestro modelo de negocio sin garantías del 100 % para las nuevas líneas de producción, que reduzcan el riesgo de la inversión”.
ZICRA, el centro público de investigación agrícola de Zamonia, buscó un “camino intermedio” para implementar la transición, que incluya centros de investigación participativa codirigidos por científicos y agricultores, y que generen resultados “liderados por la comunidad, documentados y accesibles”.
Por su parte, los pequeños agricultores de la ZSFA advirtieron que los costosos esquemas de certificación podrían excluir a los productores más pequeños. Propusieron “opciones asequibles que ofrezcan canales de comercialización para productos agroecológicos” y que puedan adaptarse fácilmente a distintos tipos de mercados.
Al cierre del juego, participantes y ponentes reflexionaron sobre la aplicabilidad más amplia de algunas de las propuestas.
Sandhya Kumar, científica de sistemas sociales en el Centro para la Investigación Forestal Internacional y Centro Internacional de Investigación Agroforestal (CIFOR-ICRAF) y coordinadora científica de la TPP-Agroecología, destacó la necesidad de garantizar que las preocupaciones del sector privado se incluyan, pero no dominen, las discusiones de políticas y otras plataformas multiactor. “Necesitamos pensar en una buena estrategia para que no utilicen su posición de forma desmedida”, señaló.
Matthias Geck, científico de sistemas agroecológicos en CIFOR-ICRAF y coordinador de la TPP-Agroecología, elogió la “capacidad y energía colectiva” para generar rápidamente soluciones creativas. Respaldó la demanda de la ZSFA de una inclusión más profunda: “Los agricultores no solo deberían participar: deberían decidir qué se investiga. Eso debe formar parte de la estructura de gobernanza”. Geck también reconoció la falta de incentivos para que los organismos públicos de investigación adopten la cocreación, que a menudo produce menos publicaciones y menos prestigio.
Yator compartió ideas prácticas que extrajo del taller para escalar la agroecología en su comunidad, como promover el compostaje, desarrollar corredores ecológicos y ampliar los plazos para garantizar la funcionalidad agroecológica a largo plazo.
En suma, el ejercicio puso de relieve la complejidad de negociar una transición agroecológica, al tiempo que mostró cómo la ludificación puede fomentar el aprendizaje colaborativo, la construcción de consensos y el desarrollo de políticas inclusivas.
Agradecimientos:
Este trabajo colaborativo entre la TPP-Agroecología y GIZ se llevó a cabo a través del Proyecto de Transformación de los Sistemas Alimentarios mediante la Agroecología, financiado por el Servicio de Desarrollo de Liechtenstein (LED).









