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Cinco lecciones sobre restauración en contextos sensibles a los conflictos

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7 min de lectura
La restauración de tierras también es un asunto de paz y desarrollo sostenible

La degradación de la tierra es tanto causa como consecuencia de los conflictos, alimentando un círculo vicioso que vuelve a las sociedades, economías y ecosistemas cada vez más vulnerables al cambio climático y la pérdida de biodiversidad. 

Esto es especialmente cierto en el África subsahariana, donde la erosión del suelo y la pérdida de servicios ecosistémicos amenazan los medios de vida de unos 500 millones de personas. A medida que los recursos naturales disminuyen, la demanda se intensifica, lo que a menudo provoca inestabilidad, desplazamientos forzados y la alteración de valores culturales. 

Restaurar la tierra y los ecosistemas degradados puede sentar las bases para la paz, pero solo si los esfuerzos se basan en comprender cómo actuar en entornos sensibles a los conflictos. La Gran Muralla Verde (GGW, por sus siglas en inglés), una iniciativa liderada por África para recuperar 100 millones de hectáreas en diversos contextos ecológicos y socioeconómicos —con especial atención en las regiones del Sahel y el Cuerno de África—, ofrece un valioso laboratorio para poner a prueba estos enfoques. 

El 17 de julio, el programa Knowledge for Great Green Wall Action (K4GGWA) y Reverdeciendo África—ambos codirigidos por el Centro para la Investigación Forestal Internacional y Centro Internacional de Investigación Agroforestal (CIFOR-ICRAF) y con el apoyo de la Unión Europea (UE)— organizaron un evento virtual para explorar cómo es una restauración efectiva en zonas propensas a conflictos.  

Aquí presentamos cinco recomendaciones y recursos clave, ilustrados con estudios de caso de todo el Sahel y el Cuerno de África. 


1. Adaptar las estrategias de restauración a la dinámica del conflicto

Comprender la naturaleza de los conflictos en las zonas degradadas, sus causas profundas y los grupos más afectados es esencial para diseñar intervenciones inclusivas y duraderas que involucren a los actores adecuados y conviertan la competencia en cooperación a largo plazo. 

“Para que la restauración favorezca la sanación y la resiliencia, debemos prestar atención a las personas y a las dinámicas sociales, políticas y económicas sobre el terreno”, señaló Samaila Abdullahi, docente e investigadora de la Universidad Usmanu Danfodiyo en Nigeria.

En el estado de Sokoto, en el norte de Nigeria, la degradación de la tierra y los conflictos surgen de la superposición de usos del suelo (agricultura y pastoreo), la inseguridad en la tenencia —especialmente para mujeres y jóvenes—, la apropiación corporativa de tierras y los desplazamientos, todo ello en un contexto de cambio climático. 

El gobierno estatal ha respondido con esfuerzos híbridos de construcción de paz y restauración, arraigados en la cultura local. Entre ellos figuran un fondo religioso de dotación o Waqf para un huerto de dátiles; cooperativas de moringa para ayudar a las mujeres a asegurar su alimentación e ingresos; viveros y huertos escolares para afrontar el desempleo juvenil, y “granjas de paz” en zonas propensas a la inseguridad. 

“El modelo combina apoyo institucional con conocimiento local y legitimidad basada en la fe, lo que contribuye a la aceptación y continuidad de las iniciativas”, explicó Abdullahi. 

En áreas sensibles a conflictos, indicadores ambientales y de construcción de paz —como seguridad alimentaria, medios de vida, participación, inclusión de género y confianza— son esenciales para monitorear el progreso, añadió Héctor Morales Muñoz, asesor principal del grupo de expertos adelphi. 


2. Facilitar el diálogo inclusivo

La restauración que fortalece la cohesión social requiere plataformas inclusivas que reúnan a las partes interesadas en la toma de decisiones y las mantengan involucradas. 

En la meseta de Velingara Ferlo, Senegal, el Instituto Senegales de Investigación Forestal está probando métodos de restauración de tierras para reforzar la resiliencia climática bajo el marco de la GGW. El núcleo de estos esfuerzos son las unidades pastorales, donde pastores y agricultores acuerdan cómo compartir la tierra y el agua, designar zonas de actividad y cultivar forraje en potreros para evitar el sobrepastoreo. 

“Muchos de los conflictos que teníamos se han resuelto, y la unidad pastoral media en cualquier disputa que pueda surgir entre pastores y agricultores”, señaló Coumba Sambel Dia, vicepresidenta de la unidad pastoral. 


3. Trabajar en contextos de inseguridad 

La restauración puede apoyar la paz, pero ¿qué sucede cuando la inseguridad impide que actores externos accedan a las zonas del proyecto? 

“Algunas prioridades son fomentar una fuerte participación comunitaria, desarrollar las capacidades técnicas de los actores locales y aprovechar innovaciones como las aplicaciones móviles para brindar orientación a distancia”, dijo Malefia Tadele, gerente del proyecto Reverdeciendo África, al reflexionar sobre el trabajo en las regiones etíopes de Tigray, Oromía y Amhara. 

Daoda Traoré, coordinador regional de Monitoreo, Evaluación y Aprendizaje de la ONG burkinesa SPONG, coincidió: “Los líderes comunitarios son esenciales para mantener el impulso cuando estallan los conflictos. La coordinación con las instituciones gubernamentales también es clave, junto con la inclusión de líderes locales, mujeres y jóvenes, y la planificación para cubrir los costos adicionales de trabajar en zonas inseguras”.

View of deforestation around Lake Lagano area, 20 years ago migration, agricultural expansion and charcoal production cleared the forests in this area. The bigger trees are Acacia Tortilis (Vachellia tortilis) used for charcoal and animal fodder (goats and sheep eat its leaves). They can grow nearly anywhere in Ethiopia. In the valley, the main agricultural activities are sheep, cow and goat rearing and wheat production. Photo by Ollivier Girard / CIFOR-ICRAF
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4. Vincular la restauración con los medios de vida

Si bien restaurar la tierra beneficia a largo plazo a las personas y a la naturaleza, vincularlo desde el inicio con actividades generadoras de ingresos es esencial para fomentar la apropiación local y motivar a las comunidades, enfatizó Tadele. 

Kodou Choukou Tidjani, director general de la Agencia Nacional de la Gran Muralla Verde de Chad, enfatizó este punto en el contexto de los paisajes que acogen a personas refugiadas. En Chad, más de 1,4 millones de refugiados y solicitantes de asilo ejercen presión sobre los ecosistemas circundantes, lo que provoca la tala de árboles para leña, la erosión, la disminución de las fuentes de agua y el aumento de tensiones con las comunidades de acogida.

En respuesta, la Agencia de la GGW está ampliando la regeneración natural asistida alrededor de los campos de refugiados, llevando a cabo actividades de reforestación y estableciendo granjas comunitarias que apoyan tanto a la población local como a la desplazada.


5. Designar la restauración de tierras como prioridad de seguridad global 

La tierra sustenta casi todos los aspectos de la vida —desde los sistemas alimentarios hasta la biodiversidad y la estabilidad climática—, pero el 40 % de la superficie terrestre mundial ya está degradada. La mayoría de los países más vulnerables a la degradación y al cambio climático son también los más frágiles.

“La UE reconoce plenamente los vínculos entre tierra, clima y paz a nivel político”, afirmó Bernard Crabbé, de la Dirección General de Asociaciones Internacionales de la Comisión Europea. “Abordar la degradación ambiental y el cambio climático es clave para reducir la inestabilidad y el conflicto”.

Crabbé destacó el reglamento de la UE sobre productos libres de deforestación y el apoyo a la gestión integrada de tierras, la GGW y los marcos de cooperación transfronteriza sobre el agua en regiones como la cuenca del Lago Chad.

“No podemos abordar estos retos desde la competencia geopolítica”, afirmó. “Necesitamos cooperación, fortaleciendo las sinergias entre las Convenciones de Río sobre desertificación, clima y biodiversidad”.

Para Morales, asesor de adelphi, el potencial de la restauración de tierras para la construcción de paz sigue siendo subestimado en el escenario mundial:

“La restauración debe ascender en la agenda internacional como un asunto de seguridad humana, paz y desarrollo sostenible. Y eso implica financiamiento y cooperación a largo plazo para restaurar la tierra a la escala y velocidad que necesitamos”.