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Viagra protege a las focas

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Hace diez años, 152 millones de hombres sufrían de disfunción eréctil, un problema que afecta a casi la mitad de los hombres de más de cincuenta años. Como la población mundial envejece, esa cifra se duplicará en los próximos veinte años, llegando a 322 millones.

En algunas partes del mundo, particularmente en Asia, los hombres tradicionalmente han tratado este problema con productos extraídos de focas, renos, caballos de mar, pepinos de mar, salamandras, y tortugas verdes. De vez en cuando, también utilizan órganos de rinocerontes y tigres. Esto, junto con otros factores, amenaza la supervivencia de muchas de estas especies.

Hasta 1998, los médicos occidentales no contaban con ninguna solución sencilla y eficaz para este problema de salud, así que era natural que los hombres buscaran soluciones en otra parte. Sin embargo, el Viagra es relativamente eficaz y barato, y apenas tres años después de que salió al mercado ya lo utilizaban diez millones de hombres.

Dado este contexto, cabe preguntar si los hombres comenzarán a sustituir las medicinas tradicionales con Viagra y si eso ayudará a proteger a los animales. Varios artículos de la revista Environmental Conservation escritos por William y Frank von Hippel, Norman Chang, y Clara Cheng dicen que "sí!"

En 2004, los autores encuestaron a 256 hombres entre las edades de 50 y 78 años en una clínica grande que practicaba la medicina china tradicional en Hong-Kong. Encontraron que los hombres han comenzado a tratar su impotencia usando Viagra en vez de medicina china, aunque confían más que nunca en las medicinas tradicionales para tratar la indigestión, artritis, y gota.

Los autores también le acreditan al Viagra el ser parcialmente responsable de una reducción considerable en la caza de focas arpa canadienses en 1998. Dicen que después de que el Viagra salió al mercado en 1998 bajaron tanto la cantidad cazada como el precio de penes de foca que se venden para curar la impotencia de forma considerable y nunca se recuperaron. La demanda creciente de pieles y de aceite de foca provocó una nueva alza en la caza en el 2001, pero los autores siguen convencidos de que a largo plazo el Viagra ayudará a proteger a las focas. Los autores también aseguran que el Viagra ha contribuido al descenso en las ventas de terciopelo de la cornamenta del ciervo desde 1997, aunque admiten que no ha hecho mucho por los caballos de mar.

Éste es un caso más donde las tendencias del mercado mundial tienen efectos grandes y a veces inesperados sobre la biodiversidad. Los autores admiten sin vacilar que todavía hay que proteger directamente a los animales amenazados, y no podemos confiar solamente en el Viagra. Aun así, ojala que más hombres mayores decidan usar pastillas en lugar de órganos de animales.