En estos días se habla mucho de recompensar a la gente si protege el ambiente. Mucho de eso es solo eso, habladuría. En cambio, los chinos están poniendo la plata sobre la mesa. En 1999 China arrancó con un programa que planea pagar más de $40 mil millones de dólares a los pequeños productores por dejar de cultivar sus tierras más escarpadas y poco productivas y convertirlas en bosques.
Se espera que para el 2010, el Programa de Conversión de Tierras Escarpadas, también conocido como "Grain for Green", haya elevado el área total de bosques en casi el 10%. Ya en el año 2004 habían alcanzado casi la mitad de esa meta. Para esa fecha, quince millones de agricultores en 25 provincias habían pasado más de siete millones de hectáreas de cultivos a bosques o pastos.
El programa ofrece a los productores dinero en efectivo, granos y plantas plántulas sin costo. Los que planten árboles para madera recibirán ayuda durante ocho años, mientras que los que planten huertas y pastos tendrán apoyo por cinco y dos años, respectivamente. El gobierno central financia el programa, pero los gobiernos locales lo administran.
En 2003, Z. Xu, M.T. Bennett, R. Tao, y J. Xu del Centro para la Política Agrícola China (CCAP) encuestaron a 358 familias en aldeas participantes del programa en las provincias de Gansu, de Shaanxi, y de Sichuan. Estas tres provincias occidentales fueron las primeras en integrarse al programa. Entre las familias encuestadas se incluyeron tanto aquellas que recibieron pagos como las que no los recibieron. Un artículo de la International Forestry Review titulado "El Programa de Conversión de las Tierras Escarpadas de la China, cuatro años de experiencia: La situación actual y los temas pendientes" presenta los resultados.
El estudio demuestra que el programa ha tenido logros muy grandes, pero también enfrenta problemas. El programa se expandió mucho más rápido que la capacidad de supervisarlo y administrarlo. Muchos gobiernos locales retienen parte de los pagos que deberían ser destinados a los agricultores para cubrir sus propios gastos de operación. A los productores no siempre se les paga suficiente para compensar por completo las pérdidas que les causa reducir su área cultivada. Algunos agricultores fueron presionados a participar en el programa, en vez de hacerlo de forma voluntaria. El programa no siempre logra concentrar sus actividades en las tierras más escarpadas y frágiles. Muchos de los árboles plantados no sobreviven.
Si se van a invertir $40 mil millones de dólares en algo, es bien importante hacerlo bien. Así que es bueno ver que los chinos también inviertan en centros como CCAP y el Centro de Investigación sobre el Desarrollo Económico Forestal (FEDRC) para investigar cómo hacerlo. Todos podríamos aprender del ejemplo chino.








