Desde el sur de México hasta la Cuenca Amazónica, la caoba de hoja grande ha sido por mucho tiempo la madera tropical más importante de América Latina, no obstante, está desapareciendo rápidamente debido a su explotación y a la deforestación. El problema se ha vuelto tan grave que hace poco CITES, la convención internacional que controla el comercio de especies en peligro de extinción, le exigió a cada país productor que determinara cuánta caoba se podía aprovechar de forma sostenible, y les ha limitado la exportación a esos niveles.
Las empresas forestales comunitarias (ejidos) de Quintana Roo en México, son prácticamente las únicas que realmente han intentado cosechar caoba de los bosques naturales de forma sostenible. Treinta y seis ejidos cosechan la caoba con base en planes de manejo, y algunos están certificados.
"Ordenación de Bosques Naturales para la Explotación Sostenible de la Caoba (Swietenia macrophylla): Experiencias en Bosques Comunales de México" muestra cómo les ha ido, y presenta los resultados de una investigación sobre cómo asegurar la regeneración de la caoba después de la extracción. El estudio realizado por Laura Snook de CIFOR y ocho otros autores de las agencias estatales mexicanas y las organizaciones forestales ejidales, fue publicado en Unasylva.
Los ejidos han aprendido sobre la marcha. Cuando comenzaron hace veinte años, extraían más caoba que ahora. Pero redujeron su explotación luego de que los inventarios demostraran que no se podían sostener niveles tan altos. Algunos ejidos también dejaron de plantar caoba a lo largo de las trochas madereras y pequeños claros cuando descubrieron que la mayoría no sobrevivían.
De hecho, la caoba se regenera mejor en claros relativamente grandes, donde se practica la agricultura de roza, tumba y quema, y en áreas afectadas por huracanes seguidos de incendios. No se regenera bien en claros pequeños producidos por la extracción de solo uno o dos árboles. Esto ha llevado a que algunos ejidos estén considerando usar la práctica de roza, tumba y quema para estimular el crecimiento de caoba. Otra opción prometedora es sembrar caoba en las áreas donde los madereros limpiaron para guardar la madera.
Sucede también que hace falta conservar algunos árboles enormes (con troncos de más de 75 centímetros de diámetro) para producir suficientes semillas de caoba. En el pasado, los ejidos cosechaban todos los árboles grandes de caoba, aunque esto se está reconsiderando en vista de los resultados de la investigación.
La explotación a gran escala ha agotado mucha de la caoba accesible en América Latina. Pero los ejidos de Quintana Roo están aprendiendo cómo recuperar la caoba, y la agricultura de roza, tumba y quema parece ser parte de la solución.








