Muchos países que tienen bosques tropicales sufren de violencia brutal y conflictos armados. Pero en solo unos pocos, la venta de madera ha financiado estas guerras. Liberia es uno de ellos, junto con Birmania y Camboya. El ex-presidente de Liberia, Charles Taylor, usaba dinero de la madera y a milicias privadas pagadas por las empresas madereras para combatir a los rebeldes y fomentar conflicto en los países vecinos. Para impedir eso, el año pasado el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas impuso sanciones que prohibían la importación de madera de Liberia.
Ahora Taylor se ha ido y Liberia está intentando superar su pasado violento y su crisis económica. En una conferencia internacional para la reconstrucción de Liberia realizada en Nueva York hace unos meses, los países desarrollados prometieron más de quinientos millones de dólares de ayuda adicional. ¿Será que ha llegado la hora de que el Consejo de Seguridad levante las sanciones?
Art Blundell preparó un informe sobre las sanciones y el sector forestal del país titulado "Un nuevo ambiente para Liberia". El informe presenta el punto de vista del autor sobre la situación, así como los resultados de un taller en Monrovia en el cual participaron representantes del servicio forestal, empresas madereras, donantes, y ONGs.
El informe recomienda que el Consejo de Seguridad solo levante las sanciones una vez que: 1) las fuerzas de pacificación de la ONU desplieguen tropas en las áreas forestales para mantener la situación bajo control y garantizar la seguridad; 2) el gobierno asegure que puede rendir cuentas sobre los impuestos de la madera; y 3) se reforme y fortalezca al departamento forestal.
La forma en que esto evolucione será clave para el futuro de Liberia y sus tres y medio millones de habitantes, de los cuales más de la mitad vive en áreas rurales forestadas. En años recientes, la madera ha representado más de la mitad de las exportaciones declaradas y el FMI afirma que el sector forestal aporta cerca del 20% de todo el Producto Interno Bruto del país. Unas treinta compañías controlan concesiones forestales que cubren más de las dos quintas partes del territorio nacional, pero muchas de esas concesiones no son legales.
El servicio forestal debe revisar cada una de ellas y verificar cuáles son ilegales. Esa será una tarea grande pues todos sus archivos fueron saqueados durante la guerra. El Consejo de Seguridad tiene programado revisar las sanciones sobre la madera el próximo mes. Se espera que para entonces el país haya logrado un progreso significativo en todos los puntos claves. El futuro de los bosques de Liberia y de su población rural depende de eso.








