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¿Será que los empleos crecen en los árboles?

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Por supuesto que sí. La Organización Internacional del Trabajo (la OIT) estima que a finales de los años 90 las actividades forestales (incluyendo el procesamiento) proporcionaron 47 millones de trabajos a nivel global. De estos trabajos, las actividades forestales en el campo, la industria maderera y la producción de muebles generaron de 10 a 15 millones de trabajos cada uno y cerca de cinco millones de personas consiguieron empleo en la industria de pulpa y papel. Prácticamente 70% de los empleos en el campo y en el procesamiento de la madera y la fabricación de muebles provino de actividades informales y de subsistencia.

Un informe reciente de la OIT titulado "Las Dimensiones Sociales y Laborales del Avance de las Actividades Forestales y de las Industrias Madereras" por Peter Poschen y Mattias Lovgren explica bien lo que está sucediendo a los trabajadores en el sector forestal y la razón por la que ésto sucede. Los autores hacen notar que durante los años 90:

La producción creció en la mayoría de los países industrializados, pero el empleo declinó. Las tecnologías más productivas dejaron a la gente sin trabajo. Por razones similares, en Chile los aumentos sustanciales en la producción no se reflejaron en mayor empleo.

Las actividades forestales crearon bastantes trabajos nuevos en ciertos países en vías de desarrollo tales como China, Indonesia, Malasia, y Sudáfrica. Sin embargo, esto puede cambiar pronto debido a las restricciones en la tala, al agotamiento de la madera, y a la competencia creciente de países productores con costos más bajos.

La privatización y reestructuración de las empresas estatales en la Federación Rusa hicieron que más de un millón de trabajadores perdieran sus trabajos.

La actividad forestal continuó siendo una de las tres ocupaciones más peligrosas de casi todos los países. En Malasia, por ejemplo, en un periodo de tres años, los accidentes relacionados con este trabajo mataron o dejaron permanentemente incapacitados a uno de cada ocho trabajadores.

Muchas compañías han empezado a usar contratistas para realizar sus actividades forestales y así reducir los costos. En Brasil, Chile y Sudáfrica eso ha conducido a reducciones en los salarios y a peores condiciones de trabajo.

Entonces sí, los trabajos crecen en los árboles, pero igual a como está ocurriendo ahora con las compañías grandes que usan tecnología moderna, pueda que los árboles no generen muchos trabajos en el futuro. Las actividades forestales informales continúan empleando diez millones de personas, sobre todo en las zonas tropicales. Como señalen Poschen y Lovgren, todavía sabemos poco sobre lo que está sucediendo a esas personas. Probablemente debemos averiguarlo.