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Prohibir la tala no siempre tiene el mismo efecto

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Durante los últimos quince años, algunos países prohibieron total o parcialmente la tala de árboles en bosques naturales. El estudio "Bosques no disponibles: los impactos y la eficacia de las prohibiciones a la tala de bosques naturales en Asia y el Pacífico" por Chris Brown, Patrick Durst y Thomas Enters de la FAO analiza la experiencia de China, Nueva Zelanda,

Filipinas, Sri Lanka, Tailandia y Vietnam. Algunos de estos países prohibieron con éxito la tala con el fin de conservar los bosques naturales y promover la producción de madera en plantaciones forestales y sistemas agroforestales, pero otros países no lo lograron.

Nueva Zelanda y Sri Lanka lograron sustituir los bosques naturales con otras fuentes de madera. Las plantaciones forestales florecientes en Nueva Zelanda ahora producen volúmenes grandes de madera para la exportación, y menos del 1% de la producción anual de madera del país proviene de bosques naturales. En Sri Lanka, ya para el año 1993 los huertos y las plantaciones de coco y caucho proveían el 70% de toda madera de uso industrial. Los bosques naturales que todavía quedan en estos dos países ya no están en peligro.

Las Filipinas y Tailandia prohibieron la tala después de que los madereros y los agricultores ya habían agotado la mayoría de la madera de valor comercial. La cosecha legal de madera se redujo de forma notable en los años 90, en parte debido a las prohibiciones a la tala, pero también porque ya no quedaba mucho que cosechar. Tailandia fue más exitosa que las Filipinas en disminuir la deforestación y la tala ilegal de árboles. Todavía la devastación del bosque con fines agrícolas continúa en ambos países y prohibir la tala no puede solucionar ese problema. En ambos países solamente una porción pequeña de la madera proviene de plantaciones.

En el año 1998, China prohibió el aprovechamiento en cerca de 42 millones de hectáreas de bosque y creó una policía especial para hacer cumplir su política. Los programas de compensación del gobierno proporcionaron asistencia a una gran cantidad de trabajadores que perdieron sus trabajos en el proceso. El gobierno pronostica que el aprovechamiento de madera de bosques naturales decline de 32 millones de metros cúbicos en el año 1997 a

12 millones de metros cúbicos en el año 2003. A mediano plazo China espera que sus 34 millones de hectáreas de plantaciones forestales compensen gran parte de la reducción, sin embargo, es demasiado pronto para saber si esto se va a lograr.

Algunas veces la restricción de la tala en un país simplemente desplaza el problema a otros países. China, Filipinas, Tailandia y Vietnam aumentaron de forma considerable sus importaciones de productos forestales después de restringir la tala. Esto estimuló la tala ilegal y el mal manejo de los recursos forestales en países vecinos como Cambodia, Indonesia, Laos, Myanmar y Rusia.

Es fácil decir no a la tala, pero mucho más difícil proteger los bosques de verdad y desarrollar fuentes de madera alternativas que sean sostenibles. Algunos países están listos a hacer el esfuerzo. Otros simplemente hablan.